La evaluación inicial y el seguimiento periódico son esenciales para determinar el estado del paciente y adaptar su tratamiento. Se realizan pruebas neuropsicológicas, anamnesis con familiares y exploraciones médicas para evaluar el deterioro cognitivo, el estado emocional y la funcionalidad del paciente. Además, se utilizan herramientas tecnológicas avanzadas para el diagnóstico y seguimiento, como test informatizados y análisis de patrones de comportamiento. Este proceso permite ajustar las intervenciones y garantizar una atención personalizada. También se incluyen sesiones de observación en grupo para evaluar la interacción social y el impacto de las terapias en el bienestar emocional.

Cada paciente recibe un plan de atención personalizado que incluye terapias de estimulación cognitiva, física y emocional. Estas pueden incluir ejercicios de memoria, musicoterapia, reminiscencia, terapia ocupacional y actividades adaptadas a sus capacidades. También se incorporan técnicas de estimulación sensorial, como aromaterapia, que han demostrado beneficios en la reducción de la ansiedad y la mejora del bienestar emocional. Además, se implementan programas de actividad física adaptada y ejercicios de movilidad, para mejorar la coordinación y reducir el riesgo de caídas.

En nuestro centro de día ayudamos a los pacientes en tareas esenciales como alimentación, higiene, movilidad y vestido. Se establecen rutinas diarias y se utilizan ayudas técnicas para fomentar la autonomía y mejorar la calidad de vida. Además, se implementan estrategias de adaptación del entorno, como señalización clara y mobiliario ergonómico, para facilitar la orientación y la seguridad de los pacientes. Se ofrecen menús adaptados a las necesidades nutricionales de cada persona, asegurando una alimentación equilibrada y adecuada para su estado de salud.

Se ofrecen terapias psicológicas individuales y grupales para los pacientes, enfocadas en la gestión emocional y la adaptación a la enfermedad. También se brinda apoyo a los familiares, ayudándolos a afrontar el impacto emocional y el estrés del cuidado. Se organizan sesiones de mindfulness y técnicas de relajación para reducir la carga emocional de los cuidadores y mejorar su bienestar. Además, se realizan talleres de gestión del duelo y adaptación a los cambios progresivos de la enfermedad.

Los grupos de ayuda mutua permiten a los familiares compartir experiencias, recibir apoyo emocional y aprender estrategias para el cuidado. Además, se organizan talleres de formación sobre la enfermedad, comunicación con el paciente y técnicas de relajación. Se incluyen programas de educación sobre el Alzheimer, con información sobre avances científicos y nuevas estrategias de intervención. También se ofrecen sesiones de asesoramiento legal y social para facilitar el acceso a recursos y ayudas disponibles.

Nuestro centro proporciona información sobre la enfermedad, recursos disponibles y opciones de tratamiento. Se asesora a los familiares sobre trámites administrativos, ayudas sociales y cuidados específicos para cada etapa del Alzheimer. También se ofrece orientación sobre la planificación del futuro, incluyendo opciones de atención a largo plazo y apoyo en la toma de decisiones. Se organizan encuentros con especialistas en neurología y geriatría para resolver dudas y ofrecer recomendaciones personalizadas.